martes, diciembre 3, 2024

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Aumento en la demanda de aire acondicionado: una amenaza que pone en peligro el planeta

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El constante aumento de las temperaturas ha convertido a los sistemas de refrigeración en imprescindibles en muchos lugares. Según un estudio reciente de Eurostat, la demanda de refrigeración se ha multiplicado casi por cuatro respecto a 1979.

España se posiciona como el cuarto país europeo con el mayor aumento en la demanda de refrigeración

Aegún un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en 2020 se empleaban alrededor de 3.600 millones de aparatos de refrigeración en todo el mundo, y alertaba sobre el impacto que tiene esta industria en el calentamiento global a través de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el consumo de energía.

El aire acondicionado contribuye a las emisiones de efecto invernadero

Los aires acondicionados funcionan utilizando un refrigerante, el hidrofluorocarbono (HFC). Con el tiempo, los científicos han descubierto que, aunque los HFC no dañaban la capa de ozono, sí contribuían a las emisiones de gases de efecto invernadero y tiene un potencial de calentamiento miles de veces mayor que el del CO2. Los hidrocarburos (HC) y el dióxido de carbono (CO2) puede ser dos alternativas a los gases refrigerantes tradicionales que tienen un menor impacto ambiental.

“A lo largo de la historia se han probado diferentes alternativas y no es sencillo encontrar un fluido de refrigeración que no afecte a la salud de las personas, que no tenga impacto ambiental y que permita refrigerar con un requerimiento limitado de energía”, señala Alberto Vizcaíno, consultor en sostenibilidad y gestión ambiental y colaborador del Instituto Superior del Medio Ambiente. 

Alta demanda energética

Hay que tener en cuenta la importante demanda energética de estos dispositivos. Según la Agencia Internacional de la Energía (IEA), el uso de aparatos de aire acondicionado y ventiladores eléctricos representa aproximadamente el 10% del consumo total de electricidad en los edificios. La mayor parte de esta energía tiene origen en fuentes fósiles como el carbón y el gas natural, lo que redunda en una mayor emisión de gases.

Optar por fuentes de energía renovable para la producción de electricidad pueden ser una buena solución. Sin embargo, para Vizcaíno, la generación mediante fuentes renovables tiene inconvenientes. “Podría ser una forma de conseguir electricidad reduciendo las emisiones de efecto invernadero, pero requiere de materias escasas y críticas cuya minería está generando impactos y conflictos en distintos territorios. “ La energía renovable para climatización tiene sentido si se genera en el punto de consumo, con superficies fotovoltaicas en los propios edificios”, concreta.

Búsqueda de soluciones sostenibles

Las proyecciones de la Agencia Internacional de la Energía indican que en 2050, la necesidad de aire acondicionado aumentará un 25% en todo el mundo. Por eso, es necesario buscar alternativas sostenibles y eficientes al aire acondicionado tradicional.

Un ejemplo es la ventilación mecánica controlada, como la ventilación de doble flujo, que consiste en el uso de un ventilador que extrae el aire viciado del interior del edificio y lo reemplaza por aire limpio y fresco y sin emitir aire frío.

Otra alternativa es el sistema aerotérmico de ventilación, que destaca por su eficiencia energética y consiste en extraer la energía ambiental contenida en la temperatura del aire de la calle mediante una bomba de calor. Este sistema es ideal para viviendas unifamiliares y edificios inteligentes.

El aire acondicionado solar, tanto híbrido como por absorción, aprovecha la energía solar para su funcionamiento. El primero climatiza la vivienda y regula la temperatura del aire, mientras que el segundo, por absorción, utiliza un líquido refrigerante para mayor eficiencia energética y consumo responsable. La refrigeración evaporativa, por su parte, utiliza agua como refrigerante, tiene una alta eficiencia energética y es respetuosa con el medio ambiente..

El técnico medioambiental, Alberto Vizcaíno, señala que lo más eficaz para adaptarnos al cambio climático es aplicar medidas estructurales en la planificación de las ciudades

Otra opción son los edificios bioclimáticos que se integran con el entorno natural y aprovechan las condiciones climáticas para mantener un confort térmico adecuado sin depender excesivamente de tecnologías de climatización. Cuentan con un diseño solar, protección solar mediante elementos como toldos y vegetación, maximizan la ventilación natural, utilizan materiales y aislamiento específicos e integran vegetación para proporcionar sombra y mejorar la calidad del aire.

La gestión energética inteligente desempeña un papel crucial. Esto implica adaptar la demanda de climatización a las necesidades reales mediante el uso de sistemas de control inteligentes para ajustar la temperatura y el funcionamiento de los equipos de manera eficiente.

La implementación de tarifas de energía que fomenten el consumo responsable (por ejemplo, con descuentos a los hogares con menor consumo) puede ayudar a reducir la carga energética en áreas urbanas, al igual que promover la concienciación sobre el uso de la energía. “Es difícil competir contra la inmediatez que ofrecen los equipos de refrigeración, pero históricamente las personas han habitado zonas con temperaturas extremas. A título individual podemos combatir el calor a través de una dieta adaptada a los requerimientos nutricionales, manteniéndonos convenientemente hidratados y evitando el consumo de sustancias que dificultan la termorregulación o contribuyen a la deshidratación. Prácticas sencillas como pulverizar agua sobre las sábanas pueden ayudar a bajar la temperatura del dormitorio.”, concluye el experto.

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