El estudiante de 5º curso de Arquitectura de UIC Barcelona Juan Gaitán ha sido el ganador de la cuarta edición de los Premios ROCKWOOL de Sostenibilidad, por su proyecto “Tessel”. Este Trabajo Final de Grado (TFG) representa la convergencia entre la tradición textil catalana y la innovación urbana: un claustro textil diseñado para catalizar la renovación en el polígono industrial de La Verneda, en la localidad barcelonesa de Sant Adrià del Besòs. El espacio transforma prendas usadas en textiles reutilizables, alimentando así iniciativas emprendedoras, formación y talleres accesibles.
El complejo incluye dos torres, donde se implementa un sistema de desfase de fachada para optimizar el rendimiento térmico que, junto a diferentes propuestas de diseño, logran reducir significativamente las emisiones de CO2 en comparación con una construcción convencional.
El segundo premio se ha otorgado al proyecto “Design Factory”, de la estudiante Ana González. Ha diseñado un complejo para industrias creativas que reaprovecha estructuras metálicas preexistentes en el polígono industrial donde se ubica, y que crea una variedad de espacios semiabiertos y exteriores, con un corredor verde.
Los Premios ROCKWOOL de Sostenibilidad reconocen los Trabajos de Final de Grado de Arquitectura de UIC Barcelona que incorporan mejores soluciones en el ámbito de la sostenibilidad, de forma coherente y desde la concepción inicial del proyecto.
El jurado lo han formado Anna Noguera, invitada especial de este año y arquitecta fundadora del estudio Anna Noguera Arquitectura, y los miembros que impulsan y coordinan el premio: Anna Manyes, miembro del Departamento Técnico de ROCKWOOL; Teresa Batlle, arquitecto del estudio Picharchitects/Pich-Aguilera, y Mauro Manca, profesor de UIC Barcelona, y arquitecto socio-fundador de Energreen Design.
Otorga los reconocimientos Anna Manyes, miembro del Departamento Técnico de ROCKWOOL, junto a Miquel Angel Gallardo, Business Unit Director de ROCKWOOL, patrocinador de los premios.
Anna Noguera, actuando como portavoz del jurado, ha destacado “el impacto que tiene el proyecto ganador en la regeneración urbana y la revitalización de la zona, proponiendo un uso de reciclado de textiles que rememora la industria textil que fue en el pasado. El proyecto destaca también por el uso de sistemas pasivos y la atención al ciclo de vida de los materiales, y por la potencia de su arquitectura, con dos torres que marcan un hito en esta zona del río Besòs”.
Respecto al segundo premio, Noguera explica que “destaca por intervenir sobre naves industriales antiguas con discreción y contención. La autora ha realizado cirugía sobre estos espacios, de forma impecablemente medida y manteniendo la esencia y el carácter de las antiguas construcciones En este proyecto, la palabra sostenibilidad es casi innecesaria, porque forma parte intrínseca del proyecto”.
Este año, el jurado decidió dar una mención especial al proyecto desarrollado conjuntamente entre los estudiantes Oskar Haraldsson y Adriaan Gravendel, por su trabajo de rehabilitación de un bloque de viviendas en el barrio de La Mina, donde proponían un cambio radical de fachadas y unos nuevos espacios comunitarios en su interior.
Anna Manyes, miembro del Departamento Técnico de ROCKWOOL, explica que “las propuestas de los estudiantes integran cada vez más la sostenibilidad como origen y motivación del proyecto, y no sólo como una prestación más a cumplir. Esto es esperanzador, y liga mucho con la visión de la sostenibilidad como algo holístico que desde siempre hemos defendido en ROCKWOOL”.
Teresa Batlle, por su parte, destaca “el interés de todos los proyectos de TFG y de la decisión final de los premios, entre el idealismo y el realismo. Por un lado, la propuesta de proyectar referentes en un territorio por revitalizar, desde una apuesta bioclimática contrastada, en el espacio urbano y el edificado. Por otro, la importancia de recuperar las infraestructuras del lugar, desde un análisis pormenorizado de materialidad y ciclo de vida de las preexistencias”.
Mauro Manca explica que “estamos avanzando cada año hacia la transformación del sector, adoptando un modelo más circular y sostenible. Lo estamos logrando cultivando la base: los futuros arquitectos. Lamentablemente, en España, de los aproximadamente 2.000 nuevos arquitectos que se titulan cada año, ni siquiera el 1% está preparado para enfrentarse a los retos del futuro. Desde UIC Barcelona estamos construyendo esta base dentro de nuestras posibilidades. Necesitamos hacer más y crear sinergias entre estudiantes de distintas universidades a nivel nacional. Este año, en nuestra tercera edición, participamos en el evento nacional del Green Building Council España, ‘Mi diploma descarbonizado’, con la intención de difundir y colaborar con otras universidades”.