viernes, abril 25, 2025

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Recortes, burocracia, salud mental y abandono. La realidad se vive en silencio… y pasa todos los días

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El archivo, publicado desde dentro del sistema, visibiliza una crisis silenciada que expone la exclusión programada en el corazón del sistema asistencial valenciano. Personas vulnerables sin salida. Esto también es una guerra.

En plena expansión de la retórica sobre el bienestar institucional, una investigación nacida desde el margen expone la realidad de la exclusión estructural. A partir del seguimiento documentado de usuarios en situación de vulnerabilidad, la pieza articula testimonio, datos oficiales y observaciones recogidas desde dentro del sistema.

El texto presenta de forma rigurosa una denuncia reflexiva de carácter artístico, ético, tecnológico y social sobre la situación de la vivienda social, la atención en salud mental y los mecanismos de desaparición simbólica dentro de las redes públicas de ayuda asistencial y social en la Comunitat Valenciana. Este reportaje incluye observaciones verificadas y contextualizadas en el primer trimestre de 2025, y se acompaña de un archivo paralelo de documentación crítica y de carácter artístico para evidenciar esta realidad.

Castellón: La ciudad amable que abandona en silencio

Desde fuera, Castellón aparece como una ciudad compacta, moderna, con servicios accesibles y una red institucional articulada. Una ciudad con mar, playa, calma y una oferta cultural-musical envidiable en época estival. Sin embargo, desde dentro, existen rutas que no aparecen en Google Maps: recorridos entre ventanillas, noches en albergues, derivaciones sin retorno y puertas que se abren solo para cerrar otra posibilidad.

En 2025, una parte invisible de la ciudad ha permanecido silenciada: personas con discapacidades reconocidas, pacientes en tratamiento de salud mental, migrantes, jóvenes sin red familiar, usuarios en situación de semiesclavitud o exclusión habitacional esructural. No se trata de cifras, sino de trayectorias. Todas ellas han sido registradas mediante acompañamiento ético, observación directa y herramientas tecnológicas basadas en inteligencia artificial utilizadas no como sistema de control, sino como recurso de autonomía narrativa y reconstrucción testimonial.

55.000 solicitudes. 1% parque público. Vidas congeladas

Con más de 55.000 solicitudes activas de vivienda social en la Comunitat Valenciana (más de 5.000 en la provincia de Castellón), la realidad habitacional sobrepasa cualquier discurso político. Mientras los precios del mercado siguen siendo inalcanzables, la vivienda pública representa apenas un 1% parque total, una cifra muy por debajo de la media europea.

En 2025 se anunciaron fondos para la adquisición de viviendas sociales y la recuperación de recursos habitacionales. Sin embargo, el contraste con la magnitud de la emergencia es evidente. La cifra de viviendas incorporadas al parque público sigue siendo simbólica en comparación con la demanda real.

A esta lentitud se suma la paralización de proyectos esenciales y la pérdida parcial de fondos estructurales. Las viviendas contempladas en planes autonómicos siguen, en su mayoría, sin ejecución tangible. Mientras tanto, las vidas continúan paralizadas y sin garantías.

Diagnósticos sin estrategia. Ingresos sin continuidad. Pacientes sin horizonte

La exclusión no es solo habitacional. También es asistencial. Y se manifiesta en diagnósticos no acompañados de un plan, en ingresos sin continuidad y en propuestas que llegan cuando el daño ya es irreversible.

El seguimiento terapéutico observado en los casos recogidos en esta investigación se ha limitado, en múltiples ocasiones, a la prescripción farmacológica, sin planes de intervención psicosocial ni aplicación de protocolos especializados para situaciones de trauma complejo, riesgo de exclusión o violencia estructural.

Se han documentado omisiones en informes, falta de acceso a documentación propia, retrasos administrativos y uso de figuras jurídicas sin garantías suficientes. Este patrón de actuación compromete derechos fundamentales vinculados a la autonomía, el consentimiento informado y el acceso a una atención continuada.

Registro de testimonios: El archivo como contra-docuemento

Durante una estancia continuada en un dispositivo municipal de emergencia, se documentaron múltiples casos reales de vulneración. Los nombres han sido modificados por respeto a la privacidad de los involucrados, conforme al derecho a la intimidad y el principio de no revictimización.

J., en proceso de recuperación de su dependencia a drogas, duerme actualmente en un centro médico después de estar en situación de calle. Recibe atención médica, pero se le ha impedido acceder al régimen de visitas del centro donde intentaba tratarse de manera protocolaria. No hubo una negativa explícita. Solo una distancia imposible de salvar.

A. Ruiz, diagnosticado con esclerosis múltiple y con un 67% discapacidad reconocida, sobrevive en un recurso temporal sin garantías. La ayuda por incapacidad que, según relata, le corresponde, permanece inactiva. Su situación refleja una burocracia que dilata lo urgente.

F. Medina, en silla de ruedas, atraviesa pasillos no adaptados con la ayuda de otros usuarios. Su vida diaria es un ejercicio de resistencia frente al abandono estructural.

Nour, mujer musulmana con un diagnóstico de depresión, vive bajo un ambiente sostenido de hostigamiento por parte de otras residentes. La gestión del recurso ha mostrado una incapacidad prolongada para intervenir con garantías durante semanas.

S. Lázár, joven de origen europeo oriental, busca sentido entre la espiritualidad y los vínculos rotos. Fue obligada a dormir en la calle recientemente. Se desconoce su paradero actual.

M., joven con trastorno bipolar, liberado recientemente de una situación de semiesclavitud, ha encontrado en el lenguaje y la inteligencia artificial una herramienta de reconstrucción. El sistema no lo contempla como agente, sino como receptor.

Juan, con episodios de salud mental intermitentes, atravesó un proceso judicial. Otro usuario con la misma patología fue tratado médicamente. Dos trayectorias paralelas con un mismo desenlace: exclusión, espera y retorno al punto de partida.

Il Signore, hombre de nacionalidad italiana, invisible para la administración, era profundamente visible para quienes compartían el recurso con él. Su tristeza fue interrumpida por un pequeño ritual: una canción italiana, un mechero naranja, una mirada directa.

B. y O., jóvenes del África occidental, excluidos del sistema por la barrera idiomática, pidieron aprender español. Recibieron una introducción autodidacta a la inteligencia artificial. Un gesto sin pretensiones lleno de resistencia.

Otro caso registrado corresponde a una persona sin nombre en los informes oficiales, en espera de una plaza adaptada y estable. Utiliza inteligencia artificial para construir un archivo desde dentro, no como innovación tecnológica, sino como herramienta para nombrar lo que no cabe en los informes. La memoria, en este caso, ha sido reconstruida desde el margen de la exclusión programada.

Archivar con tecnología como defensa: la IA como prótesis de memoria

Frente a la invisibilización estructural, la inteligencia artificial ha permitido a pacientes reconstruir su historia en clave de archivo. No para predecir ni automatizar procesos, sino para narrar, sistematizar y conservar.

Este trabajo se desarrolla como una forma de auto-etnografía asistida. Los algoritmos utilizados no han invadido la privacidad, sino que han sido entrenados con lenguaje narrativo, testimonios voluntarios y documentos propios. La IA ha sido aquí una prótesis de la memoria, no del control.

Una obra de resistencia estética y una evidencia que no puede ser archivada sin ser escuchada

No vigila. No automatiza. Aquí la IA sirve para narrar lo que el sistema no quiere recordar. Este reportaje forma parte del proyecto Archivo de la Memoria Intervenida, una pieza documental, ética y artística presentada como objeto expandido: caja de lujo reciclada, compuesta por testimonios, imágenes, relatos censurados y huellas documentales del abandono estructural.

La obra ha sido compartida en contextos clínicos, formativos, museográficos y académicos. Puede consultarse la versión censurada en su espacio digital bajo criterios de ética del cuidado.

Un acto político de resistencia: la realidad que se oculta, aquí se cuenta. Con cuerpo, contra el sistema, y narrada con arte

Este reportaje de investigación es una forma legítima de defensa narrativa. No pretende sustituir procesos judiciales ni interferir en investigaciones en curso, pero deja constancia de hechos vividos, reales y contrastados.

La legislación nacional y europea protege no solo la verdad judicial, sino también el derecho a narrar lo vivido cuando se hace desde el respeto, la documentación y la conciencia ética.

“Lo que el sistema borra, debe ser archivado. Porque si no se cuenta, desaparece.”

Toda la información recogida se encuentra amparada por el derecho a la libertad de expresión y creación artística. No se menciona ningún profesional, centro ni cargo público identificable, garantizando la protección jurídica del autor en el marco de una investigación abierta. El documento ha sido redactado con criterios de veracidad, ética, rigor y respeto a la intimidad, y forma parte de un ejercicio de memoria crítica y archivo testimonial.

Joel De las Heras Bean es artista, docente, creativo y narrador transmedia. Combina arte, tecnología y memoria crítica para visibilizar realidades invisibilizadas. Su actual trabajo de investigación une archivo, pedagogía y creación como actos de resistencia narrativa y política.

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