El cortisol ha sido una hormona esencial para la vida. Es la hormona que mantiene al ser humano despierto y que regula su energía y ritmos circadianos. Ha sido una de las grandes implicadas en su supervivencia y en su evolución.
El estrés de larga duración tiene un impacto directo en todos los aspectos de la salud y el bienestar que no todos los profesionales tienen en cuenta a la hora de tratar a sus pacientes. Aunque de vez en cuando surgen corrientes y tendencias en redes que señalan al cortisol como el enemigo, la verdad es que esta hormona, también conocida como “hormona del estrés” es más un aliado vital.
Y es que el cortisol ha sido la hormona que ha ayudado al ser humano a sobrevivir a lo largo de toda su historia. Hace miles de años, cuando un humano prehistórico se enfrentaba a un depredador o escuchaba un sonido sospechoso, el cuerpo necesitaba de él una respuesta, una reacción.
Para ello, el cortisol promovía mecanismos como el aumento de la glucosa en sangre, la elevación de la presión arterial y la liberación de energía para luchar o para huir.
“A lo largo de toda nuestra evolución como especie, el cortisol nos ha ayudado a adaptarnos y a evolucionar. En entornos con recursos escasos o climas extremos, el cortisol era un aliado vital para ahorrar energía, priorizar funciones esenciales o manteniéndonos en alerta cuando más lo necesitábamos”, explica David Vargas, fundador de Regenera, empresa dedicada a la Medicina Integrativa y la Psiconeuroinmunología Clínica. “Además, su acción también es importante para controlar la inflamación y para regular nuestros ritmos circadianos. Así, por las mañanas los niveles de cortisol suben para despertarnos, lo que equivale a energía y movimiento y por la noche, los niveles bajan, lo que conlleva reposo y regeneración”, agrega David.
La importancia del contexto y el impacto del estrés crónico en la salud
Estos mecanismos de acción del cortisol y del estrés como respuesta aguda han sido altamente eficientes durante la mayor parte de la historia, ya que permitieron al ser humano movilizar recursos energéticos, mejorar el foco y suprimir funciones no urgentes como la digestión o la reproducción, generando así una respuesta que podía marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
En este contexto, el estrés era puntual, tenía una causa concreta, y lo más importante: tenía una resolución.
Carlos Pérez, fundador de Regenera, explica: “En el mundo actual, el entorno que nos rodea ha cambiado muy deprisa, impidiendo que nuestro cuerpo se haya podido adaptar correctamente. Y así, mientras nuestro cerebro y sistema nervioso aún funcionan bajo los mismos principios ancestrales, las amenazas que vivimos en la actualidad en el mundo occidental, son diferentes. Hoy los depredadores no son leones o miembros de tribus enemigas, sino jornadas laborales interminables, presiones económicas, estímulos constantes, falta de descanso o malos hábitos de vida”.
En este sentido, tal y como señala Carlos Pérez: “Los estresores modernos son continuos y muchas veces ineludibles, obligándonos a convertir una respuesta fisiológica para la emergencia, en un estado crónico de activación que altera todos los aspectos de nuestra vida y de nuestra salud”.
Y es que el cerebro no distingue entre una amenaza que es cuestión de vida o muerte y un estrés sostenido que mantiene los niveles de cortisol elevados durante días, semanas o incluso años. Cuando el estrés se cronifica, afecta no solo al sistema nervioso (con irritabilidad, ansiedad, problemas de memoria o concentración, insomnio) sino también al sistema inmune (mayor susceptibilidad a infecciones, brotes autoinmunes o alergias exacerbadas), al sistema endocrino (alteraciones tiroideas, problemas de fertilidad, desregulación del ciclo menstrual), al sistema digestivo (hinchazón, reflujo, permeabilidad, disbiosis) o al metabolismo (provocando resistencia a la insulina (riesgo de diabetes tipo 2), acumulación de grasa visceral o dificultad para perder peso).
La importancia de un abordaje integrativo en consulta
Ahora que se conocen las circunstancias que hacen que algo que antes favorecía la supervivencia —como el estrés y el cortisol— sea actualmente un factor que deteriora la salud, el gran reto de esta era no consiste en eliminar el estrés —algo imposible y, en muchos casos, indeseable—, sino en reconocerlo, regularlo y recuperar el equilibrio entre acción y pausa, alerta y calma.
“Comprender que el estrés, en su origen, fue una herramienta de adaptación y no una condena, puede ayudarnos a los profesionales de la salud que vemos pacientes cada día, a darles una respuesta para sus disfunciones”, indica David Vargas. “Y para esto, una mirada integrativa es fundamental, ya que el cuerpo humano no está diseñado para vivir en modo «supervivencia» todo el tiempo”, añade.
Con la misión de empoderar cada vez a más profesionales de la salud que deseen incorporar esta visión integrativa en sus consultas, Regenera ha organizado para el próximo 28 de junio, una jornada dedicada al Estrés y el Cortisol, que contará con David Vargas, Claudia Llopis, Miguel Camarena, Carlos Pérez y Javier Furman como ponentes. En esta jornada, se abordarán los principales retos que tienen los profesionales en consulta a la hora de abordar el estrés desde los ámbitos de la nutrición, el ejercicio físico o el sistema inmune.
La Jornada Estrés y Cortisol de Regenera es gratuita para todos los asistentes y se celebrará de forma 100% online y en directo. Además, cuenta con la participación de Solaray como sponsor del evento.
Sobre Regenera
Regenera es la empresa especializada en Psiconeuroinmunología Clínica (PNI) y medicina integrativa, de referencia en el sector de la salud en español. Con más de 20 años de experiencia, su enfoque está dirigido tanto a la formación de profesionales de la salud como al tratamiento de pacientes.
La misión de Regenera es proporcionar el conocimiento necesario para transformar la vida de las personas que no se conforman. Regenera es, además, un movimiento que llega a una audiencia de más de 1 millón de estudiantes, pacientes y seguidores alrededor de todo el mundo.