En verano, cuando el sol aprieta y el riego se intensifica, muchas plantas empiezan a mostrar señales de debilidad: hojas que amarillean, flores que no cuajan o frutos que no crecen como esperabas.
Lo curioso es que no siempre es culpa del calor ni del agua. En muchos casos, la clave está bajo los pies: el suelo ha perdido nutrientes esenciales y la planta no tiene fuerza para resistir el estrés del verano.
Aquí explican cómo saber qué le falta a la planta (nitrógeno, fósforo o potasio) y qué se puede hacer para que aguante bien hasta que pase la ola de calor.
¿Qué hace cada nutriente?
Nitrógeno (N)
¿Para qué sirve?: Favorece hojas y tallos verdes y vigorosos
¿Qué pasa si falta?: Hojas amarillas, crecimiento lento
Fósforo (P)
¿Para qué sirve?: Fortalece las raíces y ayuda en la floración
¿Qué pasa si falta?: Raíces pobres, pocas flores, hojas moradas
Potasio (K)
¿Para qué sirve?: Mejora la resistencia al calor y la calidad del fruto
¿Qué pasa si falta?: Bordes secos en las hojas, frutos blandos
Señales de que la planta no está “comiendo” bien
En agosto, con tanto riego y tanta evaporación, los nutrientes se lavan del suelo más rápido de lo normal. Si notas esto, tu planta podría estar pidiendo ayuda:
Hojas amarillas
Suele indicar falta de nitrógeno, especialmente si el amarilleo empieza por las hojas de abajo.
No florece o tiene raíces flojas
Posible carencia de fósforo. Muy típico en tierras agotadas o cuando usamos tierra reutilizada de macetas viejas.
Bordes secos o quemados
En pleno verano, si la planta no aguanta bien el calor, puede que le falte potasio, clave para regular el agua en la planta.
Qué hacer cuando el abono tradicional no funciona
Si se sabe lo que falta… se puede aplicar fertilizantes líquidos específicos
Pero en verano hay que tener mucho cuidado: un exceso puede “quemar” más que ayudar.
Si se quiere cuidar el suelo y a la vez fortalecer la planta…
Una opción cada vez más popular en huertos urbanos y jardines ecológicos son los biofertilizantes con microorganismos beneficiosos, que ayudan a:
Aprovechar mejor el nitrógeno del aire.
Desbloquear el fósforo y el potasio que ya hay en el suelo.
Estimular el crecimiento de raíces profundas que resisten mejor el calor.
Un ejemplo es Simbius, de la empresa española Nostoc Biotech, que trabaja con tecnologías naturales basadas en bacterias del suelo para favorecer una nutrición equilibrada, sin necesidad de aplicar productos agresivos.
Lo mejor es que no solo ayuda a la planta: también mejora la salud del suelo a largo plazo, algo clave si cultivas en el mismo espacio cada año.
En resumen:
Agosto es un mes exigente para las plantas: no basta con regar, también necesitan una buena “alimentación”.
Si las hojas se ven mal, el problema podría estar en el nitrógeno, fósforo o potasio.
Existen fertilizantes naturales, como Simbius de Nostoc, que activan el suelo y refuerzan la planta sin dañar ni sobrecargar.
Consejo de verano:
Si se puede, se recomienda riega a primera hora de la mañana y evitar aplicar fertilizantes con temperaturas extremas. Y recordar: una planta bien nutrida sufre menos con el calor.