Un equipo internacional de científicas apuesta por la alimentación 100% vegetal en una de las zonas más frágiles del planeta
Un grupo de científicas de distintas partes del mundo ha decidido adoptar una alimentación basada en plantas mientras realizan una expedición a la Antártida centrada en el estudio del cambio climático. Su participación en Veganuary, el movimiento global que anima a probar el veganismo durante enero y más allá, es una manera de resaltar el impacto que tiene la alimentación en la crisis ambiental.
Las participantes han encontrado en esta iniciativa una forma de alinear sus acciones individuales con su misión de investigar y mitigar los efectos del calentamiento global. Muchas han decidido extender este compromiso más allá de enero y mantener su dieta basada en plantas durante toda la travesía.
Un viaje por el futuro del planeta
Este grupo de científicas forma parte del programa internacional de liderazgo Homeward Bound, diseñado para mujeres y personas no binarias en disciplinas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
El objetivo del viaje es generar conciencia sobre la vulnerabilidad de la Antártida ante el cambio climático, además de fortalecer la comunidad científica y de liderazgo comprometida con soluciones reales a la crisis ambiental.
Para muchas de las participantes, unirse a Veganuary es una decisión que refuerza su compromiso con la sostenibilidad y la búsqueda de alternativas para reducir la huella ecológica.
¿Por qué sumarse a Veganuary?
Algunas de las científicas explican sus razones para adoptar una alimentación basada en plantas durante la expedición:
Alba Fernández Sanlés, bióloga molecular y experta en salud poblacional en la University College London (España/Reino Unido):
«Comencé eliminando algunos animales de mi dieta cuando era adolescente. Desde 2021 participo en Veganuary porque es una manera sencilla de contribuir a la lucha contra el cambio climático. Reducir el consumo de productos de origen animal y los residuos es una acción concreta que todos podemos tomar».
Marta Crespo, ingeniera agrícola especializada en energías renovables (España):
«Veganuary me permite reducir mi huella de carbono, especialmente en lo que respecta al uso del agua y la contaminación generada por la industria cárnica. Si podemos empezar por reducir lo que consumimos y los residuos que generamos, ¿por qué no intentarlo?»
Un cambio con impacto global
Emily S. Cross, catedrática de Neurociencia Humana y Robótica Social en las universidades de Macquarie y Glasgow (Reino Unido/Australia):
«Siempre se ha dicho que una dieta basada en plantas es mejor para la salud y el medio ambiente, pero cambiar hábitos puede ser difícil. Este año veo Veganuary como una oportunidad para demostrar a mis hijos que es posible comer de forma deliciosa, saludable y sostenible sin productos animales».
Catherine Barry, bióloga molecular especializada en oncología (EE.UU.):
«Lo que es mejor para mí también es mejor para el planeta».
Jess Leck, coordinadora del Programa GhostNets Australia de la Fundación OceanEarth (Australia):
«Si podemos vivir de manera saludable sin dañar a otros seres vivos, ¿por qué no hacerlo? Para mí, una dieta basada en plantas es la manera más sencilla de reducir mi impacto ambiental».
Más voces que apuestan por el cambio
Devin Fitzpatrick, doctoranda en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Calgary (Canadá):
«La producción de carne y lácteos es una de las principales causas del cambio climático debido a las emisiones de gases de efecto invernadero y la deforestación. Dejé de comer carne hace 12 años y este año me sumo a Veganuary para seguir generando conciencia sobre estos problemas».
Natalia Atuesta Escobar, ingeniera ambiental y bióloga experta en conservación (Colombia):
«La alimentación juega un papel clave en la crisis climática y de biodiversidad. Unirme a Veganuary es una oportunidad para probar una dieta más consciente, reducir mi huella de carbono y explorar nuevas formas de integrar la alimentación sostenible en mi vida cotidiana».
Kristina Burrack, inmunóloga y profesora adjunta (EE.UU.):
«Voy a probar Veganuary. Comer de forma saludable también es bueno para la Tierra».
Un fenómeno global en crecimiento
Desde su lanzamiento en 2014, Veganuary ha sumado a millones de participantes de todo el mundo. Lo que comenzó como una iniciativa local en el Reino Unido, hoy se ha convertido en una campaña con presencia oficial en España, EE.UU., Alemania, Chile, Argentina, India, Australia, Brasil, Francia, Italia, México y muchos otros países.
Esta expedición a la Antártida es un nuevo ejemplo de cómo la alimentación sostenible puede ser parte de la lucha contra la crisis climática. A través de su participación, estas científicas demuestran que cambiar nuestros hábitos de consumo es una herramienta poderosa para proteger el planeta.