viernes, marzo 14, 2025

Tu ventana al mundo sostenible

La intolerancia a la fructosa se cura

Comparte

El Dr. Fernando Ruger Viarengo, director médico de la clínica UMEBIR y reconocido especialista en microbiota intestinal a nivel europeo, sostiene que las intolerancias alimentarias, incluida la intolerancia a la fructosa, en la mayoría de los casos no son enfermedades en sí mismas, sino síntomas de disfunciones en el tracto digestivo. Estas disfunciones pueden deberse a problemas en la pared intestinal, déficits enzimáticos o alteraciones estructurales que afectan la digestión y absorción de ciertos azúcares. Según el Dr. Ruger Viarengo, al identificar y tratar la causa subyacente de estas disfunciones, es posible revertir la intolerancia en aproximadamente el 95% los casos, permitiendo a los pacientes recuperar su calidad de vida sin restricciones alimentarias.

Sin embargo, existen casos excepcionales donde la intolerancia a la fructosa es resultado de una condición genética que afecta la producción de la enzima aldolasa B. Esta condición, aunque rara, puede manifestarse como una enfermedad hepática en la infancia y requiere una gestión específica.

Tratamiento y Resolución de la Patología Subyacente es la clave según el prestigioso especialista

Según la visión y experiencia del especialista la intolerancia a la fructosa tiene cura, pero no tiene un tratamiento para la intolerancia a la fructosa específico veamos en detalle:

Para quienes tienen malabsorción de fructosa, es clave tratar la causa subyacente que podría estar contribuyendo al problema, por lo tanto, aquí juega un papel fundamental el ADECUADO DIAGNÓSTICO, ya que las intolerancias son un síntoma NUNCA UNA ENFERMEDAD EN SI MISMA Algunas estrategias incluyen:

Dieta baja en fructosa: Evitar alimentos ricos en fructosa y consumir fuentes adecuadas de fibra y proteínas en la etapa inicial mientras resolvemos el origen real NO FODMAP esta estrategia es para casos muy específicos y manejado siempre por médicos especialistas, ya que una prescripción inadecuada, o sin la suplementación adecuada en dosis terapéuticas puede empeorar las intolerancias e incluso llevar a una Disbiosis severa por hipodiveraidad.

Probióticos y salud intestinal: Mejorar la microbiota con probióticos puede ayudar a reducir la mala absorción, pero no en etapas iniciales, debe descartar antes la posibilidad de existencia de sibo, parasitosis, candidiasi, permeabilidad intestinal o histaminosis, procesos en los cuales están en muchos casos contraindicados.

Tratamiento de enfermedades gastrointestinales: Si la malabsorción está ligada a condiciones como el intestino irritable o el sobrecrecimiento bacteriano (SIBO), o cualquiera de los trastornos nombrados anteriormente, debe abordarse una estrategia terapéutica en un orden específico para mejorar la efectividad del proceso.

Enzimas digestivas: Algunas personas pueden beneficiarse del uso de enzimas que ayudan a descomponer la fructosa mientras se resuelve el origen real.

En resumen, según la perspectiva del Dr. Fernando Ruger Viarengo y la clínica UMEBIR, la intolerancia a la fructosa es reversible en la mayoría de los casos al abordar y tratar la causa subyacente que la provoca, lo que lleva un proceso diagnóstico y de pruebas específicas de ciertas complejidad y un esquema de rehabilitación intestinal supervisado médicamente junto a un plan nutricional específico y un tratamiento con suplementación nutricional de calidad sin excipientes y específica para cada paciente.

spot_img

Ver más

spot_img

Recientes