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El Teatro Circo de Albacete busca ser Patrimonio Mundial tras recibir un premio de arquitectura

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El Teatro Circo de Albacete busca ser Patrimonio Mundial tras recibir un premio de arquitectura

Reconocimiento al Teatro Circo de Albacete por su rehabilitación

El Teatro Circo de Albacete ha sido galardonado con el premio a la Permanencia en la categoría de ‘Rehabilitación’ por el Colegio Oficial de Arquitectos de Castilla-La Mancha (COACM). Este reconocimiento, entregado en la gala celebrada en Cuenca, destaca obras con más de 20 años de antigüedad.

El proyecto de rehabilitación, ejecutado en 2002, fue liderado por los arquitectos Juan Caballero, Emilio Sánchez y Carlos Campos. Durante la ceremonia, Caballero recibió el galardón de manos de Eliseo Quejico, director territorial de Globalcaja en Cuenca, y subrayó un nuevo objetivo: “Ahora nos hemos empeñado en que la UNESCO lo declare Patrimonio Mundial, y la ciudadanía está respondiendo a este reto”.

Un edificio con historia y versatilidad

El Teatro Circo de Albacete, inaugurado en 1887, es un ejemplo único de edificación híbrida. Combina funciones de teatro y circo, un formato popularizado en el siglo XIX en Francia y expandido por Europa y España. Este modelo arquitectónico permitió que coexistieran diferentes estilos y necesidades a lo largo del tiempo.

En España, durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, se construyeron hasta 60 teatros-circo, según la investigadora Josefina González Cubero. Sin embargo, hoy solo quedan cinco en pie. De ellos, el Teatro Circo de Albacete es el único en el mundo que mantiene su estructura original y sigue ofreciendo espectáculos circenses junto a los teatrales.

Un emblema de la vida cultural

La supervivencia del Teatro Circo se debe a su capacidad de adaptación. Su estructura original incorporó los avances tecnológicos de la época, como muros de carga y una estructura de acero fundido. Además, su ubicación, entre la estación de ferrocarril y el centro urbano, facilitó su construcción y posicionó a Albacete como un nudo cultural.

Pese a cerrar en 1985 debido a la decadencia del negocio, la presión popular y la intervención política lograron rescatar el edificio. Fue expropiado en 1993 y posteriormente rehabilitado en 2002, en un proyecto que respetó la tipología original mientras incorporaba nuevas necesidades escénicas.

Rehabilitación que combina tradición y modernidad

El equipo liderado por Caballero optó por una recuperación histórica que conjugara lo original con soluciones contemporáneas. Se respetó el estilo neoárabe del edificio original, pero se reconfiguró el espacio para optimizar la acústica, la capacidad y la flexibilidad escénica.

Uno de los cambios más notables fue la restauración del graderío circular, que mejora las condiciones sonoras y permite la transformación del espacio en un escenario central. Este diseño recupera la esencia del teatro-circo y abre la puerta a formatos de espectáculo más diversos, desde obras teatrales hasta funciones circenses.

Innovaciones en acústica y diseño

Se incorporaron soluciones como una cubierta cónica reforzada y una estructura flotante convexa en el techo, que mejora la reflexión del sonido. Además, los elementos nuevos, como las plataformas de la pista y el foso bajo la platea, permiten una rápida reconfiguración del espacio. Todo esto se logró respetando el carácter del edificio y su impacto visual.

La rehabilitación también dotó al teatro de una gran lámpara circular que actúa como galería de luces y refuerza la iluminación y la acústica del recinto. Los acabados minimalistas de los elementos añadidos aseguran una convivencia armoniosa con la arquitectura original.

Un futuro como Patrimonio Mundial

En noviembre de 2023, la candidatura del Teatro Circo de Albacete fue presentada por la Asociación Nacional de Amigos de los Teatros Históricos de España (AMIThE) en un acto en el Teatro Muñoz Seca de Madrid. Este esfuerzo busca preservar una tipología arquitectónica en vías de extinción y asegurar su reconocimiento global.

El objetivo es que la UNESCO lo declare Patrimonio Mundial, consolidando su lugar como un referente cultural y arquitectónico. La respuesta positiva de la ciudadanía y el respaldo institucional podrían ser clave para alcanzar este logro.

Conclusión

El Teatro Circo de Albacete no solo es un testimonio vivo de la evolución cultural y arquitectónica, sino también un ejemplo de cómo la voluntad popular puede rescatar y revitalizar el patrimonio histórico. Su candidatura a Patrimonio Mundial es el siguiente paso en su camino para asegurar que futuras generaciones puedan seguir disfrutando de este icono único en el mundo.